jueves, 10 de noviembre de 2016

El Papa Negro defiende el diálogo como única alternativa para Venezuela

El sacerdote católico venezolano Arturo Sosa, quien el pasado mes de octubre fue elegido como superior general de la Compañía de Jesús a nivel mundial -investidura popularmente conocida como el "Papa Negro"- ha sido un constante promotor y defensor del diálogo como única alternativa para garantizar la estabilidad y el desarrollo de la nación.

Sosa, opositor a la la Revolución Bolivariana, no ha gozado de la cobertura mediática, nacional e internacional, que sí se ha dado a otros sacerdotes miembros de la alta jerarquía eclesiástica del país, quienes abiertamente han incursionado en política desde las filas de la derecha venezolana, incluso con participación activa en el golpe de Estado perpetrado contra el Gobierno constitucional del presidente Chávez, el 11 de abril de 2002.

En 2014, el sacerdote jesuita dictó una conferencia en el Centro de Fe y Culturas de Medellín, Colombia, donde expuso su visión y análisis acerca de la situación política de Venezuela, con el escenario de un Gobierno constitucional asediado por acciones violentas impulsadas por la derecha con la pretensión de derrocar al presidente Nicolás Maduro.

Sosa, licenciado en filosofía por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela, reafirmó en esa oportunidad su posición en pro del diálogo nacional entre los sectores políticamente adversos, en un momento en que grupos de oposición se negaban a esta posibilidad, y recurrían a la violencia para exigir la interrupción del mandato constitucional del presidente venezolano.

"La pregunta importante, que no está respondida y que hay que responder pronto en Venezuela, no es si dialogamos o no, sino cuándo empezamos a dialogar, porque mientras más tarde, peor", sentenció, citado por el semanario Quinto Día.

De acuerdo en el análisis expuesto por Sosa en Medellín existen dos corrientes en la oposición nacional: "La oposición -vamos a llamarla A- busca crear las condiciones para el derrocamiento y eso sucedió en Venezuela por lo menos tres veces en estos 15 años, y la última, en los últimos 6 meses (guarimbas de 2014) (...) La otra corriente -llamémosla oposición B-, que considera que a la democracia sólo se llega democráticamente. No es posible llegar a la democracia por la vía de la fuerza".

De esas opciones, en los principales medios de comunicación privados, nacionales e internacionales, tienen mayor cobertura y protagonismo los voceros cuyos discursos y propuestas se alinean con la "oposición A", una corriente históricamente opuesta al diálogo.

En este sentido, Sosa plantea que es necesaria la construcción de una oposición democrática que represente una verdadera alternativa política más allá del objetivo único que aglutina a los partidos de la derecha venezolana: derrocar al Gobierno Bolivariano.

"No existe en Venezuela una alternativa política al chavismo, es decir, otra propuesta que pueda ser escogida entre uno y otro (...) El punto de unión es negativo. La sociedad se pregunta: '¿No hay chavismo? ¿qué hay?' Ahí las respuestas son variadas y ninguna es una alternativa política que tenga una fuerza social o unas organizaciones que lo respaldan, que hagan posible que esa fuerza social se convierta en gobierno, con un proyecto y con un programa. Eso no existe en Venezuela".

Sosa ha dedicado gran parte de su trayectoria como sacerdote y politólogo al estudio y análisis profundo de las problemáticas sociales que han afectado a Venezuela, principalmente durante la llamada democracia representativa, que en su momento calificó de "populismo partidista". Criticó los altos niveles de desigualdad social que afectaban al pueblo venezolano, y se opuso al modelo rentista petrolero al que se aferraron todos los gobiernos desde que apareció el petróleo en el país.

En rueda de prensa tras su elección como Superior General de los jesuitas del mundo, Sosa indicó que la oposición venezolana -que representa los intereses de las élites beneficiadas durante la cuarta República- "tampoco tiene un proyecto que no sea rentista (sustentado por la renta petrolera), que es la única manera para salir a largo plazo de la situación en la que está el país", declaró, citado por el medio venezolano Panorama.

FUENTE: AVN

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