martes, 28 de junio de 2016

Vaticinan que las colas de los cajeros automáticos seguirán si no se corrigen distorsiones en la economía

En Venezuela, para poder comprar algún producto al detal o para cancelar gastos de movilización se requiere de una gran cantidad de billetes. Esta es una de las características de las economías inflacionarias: hay mucho efectivo circulante, pero con poco poder de compra. Y acudir a un cajero automático a retirar dinero se ha convertido en una odisea, sobre todo los fines de semana o días feriados.

El efectivo se agota en pocas horas. Y cuando se hacen operaciones en bancos distintos al emisor de la tarjeta de débito o crédito, la cantidad que se suministra es exigua: 600 bolívares por intento. Esto hace que tener efectivo para el menudeo o el día a día se complique y que el pago de productos en el mercado informal, tan activo en la Venezuela de 2016, sea todo un desafío.

Hay quienes piensan que hay pocos cajeros automáticos en el país y que la banca, pública o privada, no suministra suficiente efectivo a su red de cajeros automáticos. Sobre todo, el usuario que hace enormes filas para sacar algo de bolívares y atender sus necesidades inmediatas.

“En Venezuela, 70% de la población está bancarizada, lo cual indica que tiene acceso a tarjetas de débito y crédito. Hay unos 10 mil cajeros automáticos distribuidos en todo el país y 431 mil terminales o puntos de venta en los 355 mil comercios registrados en el sistema financiero nacional. Con esto, se atienden las necesidades de los clientes. Lo que pasa en el país se relaciona con la altísima inflación y con la baja denominación de los conos monetarios o billetes. Este es el punto medular”.

Así lo explicó a El Pitazo el economista José Grasso Vecchio, analista bancario y presidente de la firma ICG Consultores. Dijo estar de acuerdo con la emisión de billetes de más alta denominación en el país.

-¿Cuánto dinero se deposita en un cajero automático?

– La cantidad oscila entre 750 y 900 mil bolívares por cada ciclo de distribución. Este variará según lo decida el banco, o dependiendo del día —si es quincena o si es un viernes—, el sitio de las ciudades en donde se ubiquen los cajeros. Y si es un banco muy popular, el dinero se puede acaban entre seis y ocho horas después de que han sido llenados de billetes.

Insistió en que los billetes de baja denominación, como los de dos y cinco bolívares, deben desaparecer y recomendó al gobierno aumentar las cantidades del dinero de papel.

“Esta sería parte de la solución. Creo que con billetes desde 200 y hasta de dos mil bolívares se puede trabajar en este contexto. No estaría de acuerdo con un cono monetario de 5 mil bolívares o más. Lo que sí es un hecho es que con 100 bolívares no hay mucho margen de maniobra”, dijo Grasso.

Añade el economista que lo ideal sería que el consumidor venezolano sustituya el uso del dinero en efectivo por el de plástico y por las transferencias electrónicas, “pues mientras no se tome ninguna decisión en cuanto a aumentar la denominación de los billetes y hasta tanto no se controle a inflación, persistirá la incomodidad que reportan usuarios de la banca”.

Informó que, en países nórdicos, como Dinamarca, Suecia e Islandia, los gobiernos han promovido políticas que apuntan a la desaparición del efectivo, “y de hecho sólo hay comercio electrónico y con aplicaciones a teléfonos inteligentes en donde se puede adquirir cualquier producto, a cualquier precio desde el más alto al más bajo. Claro que este es un caso extremo, porque es muy difícil erradicar la cultura del uso efectivo en una sociedad. pero es una tendencia que ha funcionado”, dijo Grasso.

Para los bancos es importante bajar sus costos operativos, como lo son la emisión de cheques o de papelería que no sea necesaria, “por eso el cheque como medio de pago no se usa tanto como antes”.
El gobierno decide

Otro analista de riesgo bancario, César Aristimuño, está consciente de los cuestionamientos de los clientes, “pero en este caso, el gobierno tiene que aumentar la denominación de los billetes y controlar la inflación, este es el primer punto de partida. Antes de pensar en más cajeros, hay que trabajar en las distorsiones de la economía de controles que mantiene el ejecutivo”.

-La banca hace esfuerzos para atender a sus clientes y para mejorar su eficiencia. El gasto operativo para trasladar a los billetes en todo el país es bastante alto, por lo cual es saludable que las autoridades ordenen el alza del cono monetario. No sabemos si eso está planteado formalmente, pero sería lo deseable— informó el director de la firma Aristumuño, Herrera y Asociados.

Este economista cree que el billete de más alta denominación debe superar los dos mil bolívares, “la inflación venezolana es la más alta del mundo y en poco tiempo dos mil bolívares será una cifra modesta”, advierte.

Aristimuño recomendó que se aumente el número de billetes que puede emitir un cajero automático, “pero esto implica inversión para adecuación tecnológica de parte de las instituciones financieras y no ha habido, hasta el presente, alguna adjudicación de dólares a tasa Simadi para reposición de equipos de la banca”.

El economista abogó por la unificación cambiaria y la flexibilización del control, de cambios, “si se sincera el precio el dólar respecto al bolívar y el mercado cuenta con recursos suficientes, el sector privado, y no solo la banca, podrá hacer inversiones para mejorar la prestación de los servicios”.

FUENTE: Elizabeth Ostos - http://www.elpitazo.com

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