domingo, 19 de junio de 2016

La correría transexual de Armando Cabrera

Es famoso en las tablas y otros escenarios: el de la justicia. Armando Cabrera nunca imaginó, ni en magines actorales, que encarnaría el rol de asesino. Fuera de la ficción, afronta una querella penal por el homicidio de un transexual. En recogimiento místico, no solo da la cara —porque se aferra a su inocencia— sino que también reconoce sus gustos de fuego macho y hembra

Al actor de teatro Armando Cabrera lo acusaron públicamente de haber matado a un transexual en El Rosal. Primero por las redes sociales y luego la opinión pública se hizo eco. Se convirtió en un delincuente forajido sin haber tenido una delación directa por parte del Ministerio Público. A todas estas, era un homicida.

Sus excesos, empezando por el alcohol, probablemente lo llevaron a ser el sospechoso directo. “Armando es fiel amigo de la bebida”, aseguran sus amigos más cercanos y, aunque no tomaba tan seguido, cuando lo hacía era capaz de cometer cualquier locura. Encontrarse con una transexual era parte de su agenda. No importa de dónde provenía la juerga; podía estar en los mejores eventos si así le parecía. Disfrutaba de lujos lo mismo que de carencias.

“Los que conocemos a Armando de toda la vida sabemos que él es como el Falstaff de Shakespeare: está a sus anchas tanto en los castillos como en los callejones, en el Country Club como en cualquier burdel de la Solano, como tantos otros caraqueños”, refiere Michel Hausmann, uno de sus mejores amigos y admiradores.

La noticia del asesinato se regó como polvo la mañana del sábado 14 de mayo de 2016. Familiares del transgénero Keiduin Alexander Suárez, de 27 años, declararon e inculparon a Armando en las afueras de la morgue de Bello Monte, mientras gestionaban el retiro del cuerpo que, de acuerdo con el informe forense, presentaba un impacto de bala en el pecho.

Una tía del muchacho, llamada Jakelin Suárez, declaró ese día. Señaló al actor por comentarios de unos supuestos testigos del crimen, ocurrido en horas de la noche del viernes 13, entre las avenidas Pichincha y Tamanaco, en el municipio Chacao. Hasta ese momento solo eran eso, chismes, chivatazos lanzados a priori, sin fundamentos,que finalmente terminaron en la detención del actor tres días después: justo el martes 17 cuando acudió a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) en El Llanito a rendir declaraciones. Lo habían citado.

Las acusaciones en su contra las recibió con sorpresa. Se había levantado muy temprano para hacer unas compras reglamentarias. En la tarde se fue al Club Valle Arriba a jugar dominó con varios amigos. Siempre lo hacía. Y allí fue cuando se enteró de la noticia que, en ese momento, tenía dos aristas: que le habían disparado y que era un criminal.

Varios amigos comenzaron a llamarlo para preguntarle sobre el hecho. Estaban preocupados, pero Armando reaccionaba con tranquilidad. “No me traigan flores, tráiganme dólares”, les decía con jocosidad, en manera de chiste por su supuesta herida y muerte. Conforme pasaban las horas, los señalamientos se tornaban más serios y Armando tuvo que recurrir a Twitter para aclarar la situación.

Fuentes anónimas del Cicpc revelaron elementos importantes en la investigación. A pesar de haber sido imputado por el delito de homicidio, calificado con alevosía y por motivos fútiles, y de permanecer detenido en los calabozos de El Llanito, hasta ahora la Fiscalía no tiene elementos de convicción que incriminen al actor. Solo hay una declaración en su contra: “Es otra trabajadora sexual la que dijo haberlo visto frecuentando la zona, y que esa noche supuestamente montó a Keiduin en una camioneta gris cuatro puertas”. Así refirió la fuente.

Pero Armando no tiene camioneta, sino un vehículo familiar modelo Toyota Camry. Sus excesos y visitas esporádicas a las calles de El Rosal, donde hacía varios meses lo asaltaron y le dejaron el brazo derecho fracturado, fueron el señuelo perfecto para que esa transexual lo incriminara. “Seguramente se le pareció físicamente al actor. Esas cosas pasan cuando se es conocido en la zona”, comentó la fuente policial.

Además, no hay cintas de seguridad que hayan registrado el hecho esa noche. Por tanto, no hay sustento para la investigación, solo la declaración. ¿Cómo llegaron a él? La fuente describió parte de la pesquisa realizada una vez que se conoció el homicidio. “Lo reventamos porque comenzaron a acusar Armando por redes sociales. Se hizo un seguimiento y se citó para declaraciones al respecto”, reveló.

Incluso, el propio actor utilizó su cuenta de Twitter @ArmandoCabreraH —donde solo ha colocado seis tweets referentes al caso, mencionando a dos periodistas, dos medios de comunicación y una nota que lo tilda de culpable— para pedir que rectificaran la noticia y dejaran de llamarlo como agresor.

No hay caso

Contra Armando Cabrera no hay sentencia, solo la privativa de libertad que dictó el Tribunal 49 de Control del Área Metropolitana de Caracas, el jueves 19 de mayo durante la audiencia de presentación ante la fiscal de flagrancia Nereyda Correa. Incluso le asignaron como sitio de reclusión el penal El Rodeo III, ubicado en Guatire, mientras se realizan otros sondeos.

La Fiscalía cuenta con 45 días continuos —que no son prorrogables— para sentenciarlo, en tal caso de que la investigación arroje resultados en su contra. Así queda referido en el artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal (COPP).

Por el contrario, si no hay elementos que lo incriminen, probatorios, la Fiscalía debe dar por concluido el caso y cumplir con el sobreseimiento de la causa. Es decir, dejarlo en libertad dentro de los 45 días que tienen para ello. Pudiera estar en la calle el domingo 3 de julio, fecha en la que se cumple el lapso.

Allegados al artista lo defienden porque confían en su inocencia. Están convencidos de ello. Se avienen a que Armando no es un asesino, ni tiene la mínima actitud para serlo. Esperan que sus abogados logren su pronta liberación. “Armando no tiene filtros, dice siempre lo que piensa, cosa que en ocasiones lo mete en problemas. Es como un adolescente eterno, jodedor, alegre y travieso”, lo describe Hausmann.

En su celda en el Cicpc el propio actor reconoció sus excesos. Aunque ha sido corto de palabras, su mensaje se ha enfocado en su inocencia. Está consciente, además, de los paseos que hacía por El Rosal y de sus gustos por transexuales. Incluso la fuente policial, que hasta entonces en la única confiable, certifica sus andanzas de sexo ambiguo. “No hay móvil específico en este caso. Quizá se trate de una retaliación por parte de las trabajadoras sexuales. El artista nunca ha negado haberse paseado por algunas calles de Caracas donde estas personas ofrecen placeres”.

“Él es un hombre soltero y no le rinde cuentas a nadie”, dicen quienes lo conocen. Y es así. Solo espera salir del encierro que “le ha servido para reflexionar y entender que enmendar errores es de seres sabios”. Jura. “Armando es un tipo incapaz de hacerle daño a nadie, excepto a sí mismo”, puntualizan los amigos.

FUENTE: Deivis Ramírez Miranda - http://elestimulo.com

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