miércoles, 27 de mayo de 2015

Damarys Ruiz: la miss de la corona de espinas

Sorpresa y conmoción sintió miss Venezuela 1973, Desireé Faccinei Rolando, la noticia de que una de sus compañeras de certamen era indigente. Luego, la mezcla se le volvió tristeza. Damarys Ruiz murió y su cuerpo permaneció casi 15 días abandonado en la morgue del Hospital Vargas, en Caracas.

“Mi hermano me invadió mi casa, me golpeaba”, dijo Ruiz a las cámaras de Televen, que reseñaron la situación de indigencia que vivía la mujer, a quien Rolando recuerda como “muy simpática pero muy tímida, ella era ya una profesional, abogado, cuando compartimos en el concurso. Yo tenía 16 años”, recuerda. 10 años se llevaban.

Concurso que arrojó nombres conocidos de la esfera nacional: la propia Rolando y las actrices Hazel Leal e Hilda Carrero, fallecida también esta última. “Yo supe de su situación cuando me llamaron de la producción del programa para pedirme mi opinión. ‘Le llamamos a usted porque una de sus compañeras está indigente’ me dijeron. Mi mayor sorpresa fue cuando me contestaron que era Damarys. Eso fue un viernes. Al día siguiente, la fui a buscar”.

Parque Central, Bellas Artes, los alrededores del Teatro Teresa Carreño y de la plaza de Los Museos y el parque Los Caobos fueron los sitios que Rolando caminó con su esposo para hallar a Damarys. Al fin, la encontró. “Ella nunca quiso salir de ese mundo donde estaba”, dice la ex miss dedicada a la locución.

Sobre las causas que llevaron a Ruiz a la calle, Rolando precisa que “ella me lo dijo. Pero es algo que no revelaré, algo que se queda conmigo”.

En el reportaje de televisión, de 2014, se le ve exhausta. Larga cabellera cana, piel tostada de sol, ropa ancha, un morral. Se nota el peso de vivir en la calle. Se declaró vegetariana. “Paso hambre, sí. Paso hambre. A veces me como una empanada”, manifestó.

“Tuve muchos pretendientes, desde muchachos que me invitaban a comer hamburguesas hasta altos potentados, ejecutivos, ‘amos del valle”, contó.

El cuerpo fue retirado, luego del alerta de la Casa del Artista, por uno de sus hermanos, que no habló a los medios de comunicación. El diario caraqueño Últimas Noticias refirió que su velorio se realizó en una funeraria de la avenida Nueva Granada, y luego fue sepultado.

“Es un craso error creer que quien pase por el Miss Venezuela tiene una vida resuelta, hecha”, aclara Rolando sobre el mítico concurso de belleza, de estándares internacionales y de portentosos resultados.

“Para quienes aspiran a ingresar al entretenimiento el Miss Venezuela es una excelente plataforma, más ahora que antes. Pero quienes se dedicaron a otras actividades, también requirió esfuerzo y dedicación”, explica.

Rolando ignora si Damarys tuvo hijos. “Desconozco si tuvo descendencia. No sé si la familia completa estaba afincada en Caracas. Yo estaba muy muchacha y aunque fuimos compañeras, no fuimos amigas”, recuerda la reina.

“En el Miss Venezuela le quitaron los lentes y ella hacía chistes de que trastabillaba”, agrega Rolando. La deficiencia visual siguió presente: en el reportaje, se ve abriendo unos anteojos de añeja montura metálica.
Lloró. Era natural. No podía ser de otra manera. Ella vivió el paso del brillo y el oropel a la oscuridad, a las lágrimas de la carencia permanente. Le dolían las espinas de la corona que cargó siempre. Ni siquiera tuvo dolientes: las redes sociales fueron las que alertaron a sus familiares de su deceso.

FUENTE: Ángel Mendoza Zabala - http://panorama.com.ve

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