“Esto no debería quedar impune. Esto debe ser castigado”, demandó Ojeda, durante su rueda de prensa de los domingos.
“Esto es inaceptable. Nosotros expresamos nuestro repudio, nuestro rechazo con determinación”, afirmó.
“Llegó la hora de ponerle un parado a esta irresponsable acción de inyectar miedo, terror, intriga en la población venezolana, en la psique colectiva”, consideró.
Es “una cosa tan terrible, tan perturbadora, tan perversa y cínica que se agota el castellano para describir tamaña actitud”.
Los laboratorios de guerra sucia “provienen de una ala de la oposición pero han ido en contra de la propia oposición”, analizó Ojeda.
La ola de rumores sobre rapto de infantes “claro que generó angustia”, porque cualquiera es presa del pánico cuando le dicen que están secuestrando a niñas y niños para extraerles sus órganos, manifestó.
“Observamos otra vez a la burguesía amarilla” con estas acciones, porque por un lado dice que no tiene nada que ver pero paralelamente se llevó a cabo en Sucre una protesta de motorizados en la que fue capturado “un funcionario de Polisucre” de civil “en una actitud realmente inexplicable”, resumió el parlamentario.
HISTORIA SUCIA
El legislador recordó que, cuando el comandante Hugo Chávez salió a la palestra de la opinión pública, “comenzaron todo tipo de increíbles bolas” por parte de “laboratorios de guerra sucia que buscan generar odio”. Citó, por ejemplo, los señalamientos acerca de que Chávez freiría en aceite las cabezas de militantes de Acción Democrática. También lo acusaron de hechos como el ataque al puesto militar de Cararabo, en los años 90.
Rememoró que, con base en la idea de la Operación Peter Pan, se habló de que el Gobierno secuestraría a niñas y niños para llevarlos a otros países. Luego “vendría todo un supuesto proceso de adoctrinamiento de niños a través de las modificaciones del sistema educativo”, describió.
Ojeda comentó, igualmente, algunas invasiones perpetradas en el municipio Sucre del estado Miranda. “Yo me estoy refiriendo, con todo este laboratorio de guerra sucia, a la burguesía amarilla, y me consta”, expresó. Solicitó al Estado investigar algunas acciones de lo que denominó como “burguesía amarilla” y solicitó que “a determinadas empresas de organización de eventos” se las investigue por sus centros de llamadas.
“Además de estas invasiones que promovía la burguesía amarilla” las autoridades locales presuntamente se presentaban como las que habían logrado echar para atrás la ocupación ilegal.
Mencionó que también “comenzaron todo tipo de bombardeos contra el sistema electoral”, pero “generaron pánico y sembraron abstencionismo en sus propios seguidores”.
Trajo a colación la campaña electoral de 2012, con “laboratorios que tenían unas máquinas con la base de datos de los teléfonos residenciales” en zonas de población ni-ni; se hacían llamadas de madrugada “y salía una voz del comandante Chávez, era una grabación”, y ante eso “cualquiera se molestaba”.
Igualmente se realizaron “pintas y grafitis intrigando contra Diosdado Cabello”, indicó Ojeda, por lo que instó a investigar a una dirección de la alcaldía de Sucre.
Aseguró que, mientras Chávez experimentaba el deterioro de salud, se difundieron afiches de Nicolás Maduro y Cabello para supuestamente generar rencor. Posteriormente se anunció “un paro nacional indefinido” que, según expuso, era una intriga para “impulsar las compras nerviosas, para que la gente se asustara”.
| FUENTE: Vanessa Davies - http://www.correodelorinoco.gob.ve |
