En este caso, se trata específicamente del dictamen que se dio a conocer el pasado martes 14 de octubre, en el que el TSJ le otorga 20 días a la administración del alcalde para demostrar que está en capacidad de resolver el problema que afecta a todos los sucrenses con carácter de urgencia: la recolección de basura.
Durante la marcha que organizó la oposición, desde Los Cortijos de Lourdes hasta Petare (Caracas), Ocariz dijo, que “Lo que no consiguieron con los votos en las pasadas elecciones quieren buscar protagonismo ahora. Nosotros estamos respondiendo en los lapsos legales y en estos 20 días seguiremos recogiendo la basura”.
Sin embargo, la realidad es inminente. Se conocen casos de impacto sobre la educación, la salud y afecta en el desarrollo de las actividades cotidianas de la población, puesto que de las 1400 toneladas de desechos sólidos que se generan diariamente en el municipio, una gran cantidad se acumula frente a las escuelas, hospitales, CDI, y rebosan las aceras –que fueron descubiertas para una supuesta restauración desde hace 10 meses y se han convertido en depósitos naturales–.
Cabe destacar que éste no es el único problema que llevan a cuestas los residentes del municipio Sucre, pues han denunciado igualmente las irregularidades en el servicio de agua, y si sumamos a esto la insalubridad que genera los insectos y roedores que son atraídos por la putrefacción de la basura, tenemos un municipio en el que la calidad de vida ha sido desmejorada considerablemente durante la gestión de Ocariz.
Es bien sabido que no existe, en Sucre, un sistema de recolección de desechos sólidos que sea periódico, pues pasan hasta tres semanas en las que toda la basura generada por la comunidad, comercios y visitantes se acumula en las calles y los residentes deben soportar los malos olores en las calles y la contaminación ambiental.
Ante la gravedad del asunto, Ocariz solo es capaz de decir que “Vamos a documentar todas las cosas que hemos hecho aquí en el municipio en este tema, llevaremos constancias demostrando las cosas que hacemos de manera diaria en el municipio”.
La incompetencia de su gestión solo revela la persecución del cargo y no la preocupación verdadera por una comunidad, como debería ser la labor de un alcalde, y así lo refleja en su declaración: “Nadie nos va a sacar de lo que es nuestra responsabilidad, nuestro rol”.
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